Featured Products
Custom Block
Custom CMS block displayed at the left sidebar on the Catalog Page. Put your own content here: text, html, images, media... whatever you like.
There are many similar sample content placeholders across the store. All editable from admin panel.
Los aspectos más valiosos que debemos saber de nuestra piel
Para empezar, la piel es el órgano más grande y visible de nuestro cuerpo, sin
mencionar que representa casi 1/6 de nuestro peso corporal. Por tanto, como lo
dijimos previamente, está expuesto constantemente a agentes externos actuando como la primera línea de defensa frente a la aparición de virus, bacterias y cambios bruscos de temperatura. Cuando no la cuidamos apropiadamente, no solo estamos debilitando sus mecanismos de defensa, sino que, a la vez, dificultamos dos de sus importantes funciones: mantener el equilibrio de líquidos de nuestro organismo y regular la temperatura corporal.
A pesar de que a grandes rasgos podemos apreciar que nuestra piel solo mide un par de milímetros de grosor, la verdad es que cuenta con numerosas capas que la hacen un órgano lo suficientemente resistente. Entre ellas, podemos mencionar las tres principales: epidermis, dermis e hipodermis.
- Epidermis: Es la capa de protección más externa, cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como película hidrolipídica, que actúa como barrera adicional frente a hongos y bacterias y, a la vez, contribuye a mantener la piel tersa y flexible. Por otro lado, la epidermis se divide en cinco subcapas: las dos inferiores se encargan de producir nuevas células para abastecer a las tres capas superiores mientras que, por el contrario, la capa córnea, la más externa, se encarga de eliminar las células muertas, permitiendo que la piel se regenere cada 27 días, aproximadamente. De esta manera, podemos decir que, en un promedio, la piel se regenera hasta mil veces a lo largo de nuestra vida.
-
Dermis: En primer lugar, la dermis contiene los dos componentes vitales que permiten lucir una piel sana y con un aspecto juvenil: el colágeno y la elastina; tejidos conectivos que brindan fuerza y flexibilidad. Estas fibras, a su vez, están impregnadas de una sustancia de tipo gel que tiene una gran capacidad para fijar agua y contribuir a mantener el volumen de la piel. Sin embargo, el estilo de vida y factores externos como el sol o los cambios térmicos afectan sobre manera cada uno de ellos. Por eso, no olvides proteger tu rostro con filtro solar e hidratantes en crema o gel según tu tipo de piel. De esta forma, no solo evitas la aparición de manchas, resequedad o envejecimiento temprano, sino que, también, fortaleces los procesos que tu misma piel realiza naturalmente.
-
Hipodermis: Es la capa más interna de la piel y la más espesa. Se compone fundamentalmente de tejido conjuntivo y grasa, actuando como una especie de amortiguador frente a los golpes externos. Por otro lado, la hipodermis es una importante reserva energética, encargada de unir la piel con los tendones y los músculos subyacentes. Para el cuidado de esta última capa, te recomendamos nuestro portafolio de productos con nanotecnología, pues son capaces de penetrar hasta las capas más profundas, logrando resultados de protección, nutrición e hidratación mucho más eficaces y duraderos en la piel.
Usualmente, los primeros signos de envejecimiento, las líneas en el entrecejo, las patitas de gallo, un aspecto más cansado o pequeñas arrugas de expresión, empiezan a asomarse en la superficie de la piel desde los 25 años. Aunque no
existe un elixir de la eterna juventud y, en gran medida, el aspecto de nuestro
rostro depende de nuestra genética, existen muchos métodos que contribuyen a contrarrestar las lesiones o a prevenir su aparición temprana.
En primer lugar, debes tener en cuenta los aspectos más generales y, quizá, más importantes, como una alimentación variada con todos los nutrientes necesarios, beber mínimo 1.5 litros de agua diarios para que tu piel se mantenga hidratada, realizar actividad física sin excederte, evitar el estrés para prevenir la aparición de brotes de acné o inflamaciones y, por supuesto, dormir de 6 a 8 horas diarias, pues es en este momento donde las células de nuestra piel se regeneran.
Sin embargo, si bien estos aspectos son esenciales, no son suficientes. Por
ello debemos tener una rutina diaria que nos garantice el cuidado y la protección de nuestra piel. Para empezar, es fundamental contar con un producto de limpieza profunda. De esta forma, podrás eliminar el maquillaje, de ser necesario, o los residuos de polvo del ambiente. De lo contrario, la contaminación puede ser un desencadenante de estrés oxidativo. Por otro lado, como lo hemos mencionado anteriormente, es importante que hidrates tu piel con los ingredientes adecuados para el signo de envejecimiento que constituya el problema principal, como ácido hialurónico, glicina saponina o coenzima Q10.
Para finalizar, no olvides que la protección de los rayos UV es el paso más importante para la prevención de los signos del envejecimiento cutáneo ulterior.
Por ello, no esperes a tener marcas de resequedad o envejecimiento para tomar medidas, mucho menos cuando este último comienza a desarrollarse mucho antes de que aparezca.
Fuentes:
https://www.eucerin.com.co/acerca-de-la-piel/conocimientos-basicos-sobre-la-
piel/estructura-y-funcion-de-la-piel
https://www.eucerin.com.co/problemas-de-la-piel/ageing-skin/envejecimiento-de-la-piel-en general#:~:text=Aproximadamente%20a%20partir%20de%20los,volumen%20y%2 0p%C3%A9rdida%20de%20densidad.